Los Pokémon son criaturas ficticias, que dependiendo de la
especie, tienen rasgos parecidos a animales, plantas, rocas, fantasmas, incluso
humanos (aunque de tamaño en muchos casos muy superior a lo que mediría la
especie a la que se parece). Generalmente viven en libertad y conviven con los
humanos. La denominación Pokémon surge de las palabras Pocket Monsters cuya
traducción al español es: Monstruos de bolsillo. Todos los nombres Pokémon en
países españoles no llevan acentos, pues los nombres de los Pokémon no fueron
modificados en la traducción original para países españoles.
Los Pokémon y los humanos
Los Pokémon desarrollan vínculos muy especiales con sus
dueños que son quienes deciden qué van a hacer con sus Pokémon. Algunos tienen
a los Pokémon como mascotas, otros para protegerse de otros Pokémon salvajes y
para ayudarles en sus tareas domésticas o incluso trabajos, y también hay quien
los utiliza para luchar contra los Pokémon de otras personas para medir sus
habilidades (se les conoce como entrenadores Pokémon) o participar en Concursos
Pokémon (conocidos con el nombre de coordinadores Pokémon).
Los humanos pueden atraparlos en las Poké Balls, que poseen
una misteriosa energía que permite introducir al Pokémon en un espacio muy
reducido, permitiendo transportarlos cómodamente. De ahí lo de monstruos de
bolsillo. Sin embargo, para que el Pokémon sea introducido en la Pokéball
generalmente hay que entablar un combate para cansarlo o debilitarlo lo
suficiente como para que éste sea capturado. Una vez capturado el Pokémon puede
salir o ser devuelto a su Pokéball a voluntad del entrenador, pero si el
Pokémon es muy testarudo podría escaparse por sí mismo o negarse a entrar.
La relación entre humanos y Pokémon sólo puede entenderse
como de mutuo acuerdo y en la que ambos sacan beneficio. Si bien en el momento
de ser atrapado, el Pokémon sea reacio a estar con su entrenador, el tiempo y
el trato diario entre ambos pueden generar estrechos vínculos de amistad. De
esta relación, el Pokémon puede aumentar sus habilidades y su fuerza,
sintiéndose así más a gusto consigo mismo, o simplemente la compañía de un
humano al que tenga aprecio. No es un Pokémon malvado por combatir. Combatir es
poner a prueba la fuerza y sabiduría que compartes tú y tu Pokémon.
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